Cómo podía yo sospechar que aquello que parecía tan mentira era verdadero, un Figari con violetas de anochecer, con caras lívidas, con hambre y golpes en los rincones. Más tarde te creí, más tarde hubo razones, hubo madame Léonie que mirándome la mano que había dormido con tus senos me repitió casi tus mismas palabras.

martes, 19 de enero de 2010

Caminos.

Caminos que se desvanecen, que hemos de escoger, que hemos de recorrer solos, caminos que ya no están, caminos que nos hacen más fuertes. Caminos libres, sencillos, largos, cortos, difíciles, llenos de piedras, oscuros, mojados. Caminos en los que tienes que abrirte paso. Caminos siguiendo las estrellas, dejándolo todo por el mundo, caminos para encontrar tu tesoro, caminos para volver a empezar, caminos que has de escribir, que tienes que inventar. Caminos infinitos, caminos de luz. Caminos rompiendo montañas, siguiendo ríos. Caminos muertos. Caminos que conducen a una sola dirección.